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“El exrector Freddy Castillo Castellanos, utilizó a la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY) como clan familiar, por cuanto comisionó a Israel Giménez , su cuñado, para que estuviera a cargo de todo lo relacionado con la materia financiera de esa casa de estudios y es por esa razón que estas personas cobraron la quincena correspondiente al último de septiembre, lo que conlleva a consecuencias administrativas penales porque ellos ya no trabajan allí”.
Así lo señaló el diputado ante la Asamblea Nacional, Carlos Gamarra, en rueda de prensa ofrecida en la sede del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien adicionó que el exrector cobraba un sueldo que es más del doble de todos los rectores del resto de las universidades del país, además aumenta los gastos de representación lo que esta prohibido por la ley. Denunció del mismo modo que el Consejo Universitario no se conformó por elecciones como lo establece la ley de universidades, sino que lo integran familiares y amigos de Castillo.
Durante las declaraciones el Diputado resaltó que la designación de nuevas autoridades no es una decisión política, destacando que dicha designación responde a una decisión fundamentada en las irregularidades académicas y administrativas de dicha casa de estudios.
Al referirse a los pronunciamientos de algunos sectores políticos de oposición, Gamarra expresó que “voceros políticos de la oposición como julio Borges de manera irresponsable, y sin tener elementos y guiado por informaciones que no se ajustan a la verdad de su representante en Yaracuy, emite opiniones que no tienen nada que ver con la verdad”
Invitó a los diferentes partidos de la oposición a leer las notas de prensa circuladas en los diferentes diarios locales y nacionales en donde el Freddy Catillo emitía opiniones en contra del gobierno bolivariano y seguía en su cargo de Rector de la Universidad.
¿En que se fundamentan ellos para decir que hay una decisión política señalando que está siendo atropellada la autonomía universitaria”?, preguntó.
El parlamentario mostró evidencias hemerográficas sobre algunas actuaciones del exrector Castillo, entre ellas la férrea unidad de fedecámaras y la Uney, cinco días antes del golpe del 11 de abril de 2002, así como declaraciones en contra de la gestión cultural del gobierno del Presidente Hugo Chávez, el 13 de abril de 2002, una vez consumado el breve golpe de estado que encabezó Pedro Carmona Estanga.
