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16.May.2016 / 08:27 am / Haga un comentario

CLAP1Interminables colas, incertidumbre ante la posibilidad de encontrar o no lo requerido y angustia por lo fluctuante en los costos de los productos.

Son parte de las constantes que dan forma a la intrincada y agobiante realidad que vive día a día el venezolano, quien no solo debe lidiar con un sector privado, a veces, limitado a su formación netamente mercantilista, sino también con fuertes ataduras a un desgastado modelo rentista y, por si fuera poco, con la propagación de una nueva distorsión social que hiere su dignidad y hace de sus necesidades más elementales la principal fuente de ingreso, el bachaqueo.

Pese a ello y a la delicada coyuntura política que atraviesa la Nación, el Gobierno venezolano mantiene la premisa de empoderar al pueblo, a quien reconoce como principal garante y defensor de sus propios derechos y libertades, esos que ha ganado tras duras batallas durante los últimos años.

El Presidente de la República, Nicolás Maduro, al frente de la lucha, en días pasados celebró en Caracas el I Encuentro Nacional de Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), instancias que -asegura- han de erigirse como la máxima expresión de una nueva etapa en la historia venezolana, la de la Revolución Económica-Productiva.

Los CLAP forman parte de esa nueva fuerza que emerge entre las dificultades, reuniendo la disposición de cientos de ciudadanos que han entendido el momento de emergencia que les arropa. En ese sentido, el Primer Mandatario ha instado a la población en general, a las diversas fuentes productivas del país y a la empresa pública y privada, a unificar esfuerzos en función de un mismo objetivo: una Venezuela productiva y próspera, más libre y justa.

¿Qué son los CLAP?

Son organizaciones en proceso de instalación dentro de las diversas comunidades que componen el Estado venezolano, integradas por representantes de Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH), el Frente Francisco de Miranda, UnaMujer y consejos comunales.

A esta estructura se suman los denominados jefes de comunidad y jefes de calle, quienes se encargan de hacer un levantamiento de información familia por familia para finalmente diagnosticar las particularidades y requerimientos dentro de cada hogar y localidad.

Lo fundamental para estos grupos es abastecer efectivamente a la población con los productos correspondientes a la cesta básica a precios justos, evitando que el ciudadano sea sometido a cualquier tipo de maltrato por llevar el pan a su mesa.

Su otra finalidad es identificar las potencialidades productivas de cada sector con la intención de crear una red de producción capaz de autosustentar sus demandas hasta lograr cumplir con la máxima de soberanía alimentaria que abandera el proyecto bolivariano.

A tan solo un mes de que el Presidente Nicolás Maduro emitiera su llamado a la conformación de estos comités, en el país se han constituido 5.837, distribuidos en 3.813 comunidades pertenecientes a 248 municipios del país.

«Donde se establezca un CLAP no debe existir bachaqueros, para eso hemos ideado desde la base una organización que va a romper con todos esos vicios”, aseveró el jefe del Estado venezolano el pasado 17 de abril durante el acto de juramentación de las nuevas estructuras.

En Yaracuy

CLAP2De las 1.290 comunidades existentes, 604 ya han conformado su CLAP. Los adelantos responden a la loable labor que desde meses atrás se desarrolla en la entidad como región pionera en la instalación del Sistema Popular de Distribución de Alimentos Casa por Casa, que actualmente asiste a unas 50 mil familias a través de los diferentes componentes de la red pública de alimentación.

A partir de estos datos, el Gobernador Julio León refiere que «un 50% de las comunidades yaracuyanas forman parte de esta estructura organizativa en contra del bachaqueo, de las colas y el sobreprecio”. En tanto -asegura el mandatario regional- se mantienen en constante desarrollo las conversaciones con representantes de la empresa privada a fin de lograr adicionar esfuerzos que permitan cubrir las demandas de la población en su totalidad.

«La red pública de distribución atendía antes a unas 12 mil familias en Yaracuy. Hoy, tras la aplicación del sistema, multiplicamos significativamente la capacidad. Si logramos incorporar al sector privado, quien controla el 80% de los productos que han de llegar al consumidor, indudablemente lograríamos una cobertura total, superando incluso las expectativas», estimó.

Trabajo desde las bases

CLAP3Ciudadanos comunes, los mismos que han tenido que apostarse a las afueras de algún establecimiento comercial por horas, esperando incluso infructuosamente, obtener algún rubro que garantice el plato lleno sobre la mesa de sus hijos, hoy en día se han incorporado al trabajo organizado de los CLAP, convirtiéndose muchos de ellos en verdaderos líderes comunales.

La jefe de comunidad de Nuevo Boraure II, sector del municipio La Trinidad, Mirlan Rodríguez, cuenta que entre sus mayores motivaciones para desempeñar a diario este rol está el hecho de ver el rostro de cada una de las personas al recibir el beneficio. “Sus caras de alivio y alegría son mi mayor satisfacción”.

Mirlan, quien además es multiplicadora de conocimientos en materia de Patios Productivos, considera que esta es la vía hacia la verdadera independencia económica. “Si todas las comunidades se organizan, rompiendo con esas costumbres que hasta nos alejan de nuestros principios y raíces, finalmente podremos trabajar unidos hasta abrir paso a una nueva economía productiva, a una nueva Venezuela”.

Arraigados preceptos de amor al prójimo se reflejan entre las bases de una sociedad que, aun cuando camina en medio de un estallido de antivalores y entre aires espesos que algunos catalogan como “guerra económica”, se levanta a través de la voluntad de miles de hombres y mujeres convencidos de que, frente a cualquier adversidad, solo el pueblo es capaz de salvarse a sí mismo.

Es esta la premisa que ha hecho recobrar, una y otra vez, las fuerzas y esperanzas de todo un pueblo laborioso que siente hasta los huesos profunda devoción por su patria.

 

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